Jaime Blazquez | Recuerdos de una boda Mejicana.
¿Porqué siempre tu media naranja tiene que estar en tu ciudad, ser de tu barrio, o del mismo pueblo? ¿Porqué no puede estar en otra parte del mundo?.
Lorena y Sergio son una pareja que te hacen pensar en ese ¿porqué?.
Esta madrileña de nacimiento y este mejicano de ojos negros se conocieron en Brasil, donde ella viajaba con unas amigas y el se encontraba trabajando.
El reportaje comenzó en el hotel NH La Gasca donde Sergio se cambiaba. Las líneas verticales del papel pintado de la pared, fue un elemento con el que Jaime Blazquez jugó para proporcionar mayor dinamismo a la fotografías.
En la casa de sus padres, Lorena se maquillaba y peinaba junto a la hermana en su antigua habitación, donde los recuerdos de su vida se plasmaban en fotografías pegadas en la pared.
El gran salón de la planta baja de esta preciosa casa situada en Prado de Somosaguas, se encontraba divido en diferentes ambientes, un lugar inmejorable para realizar las fotografías.
La luz, junto a los ojos claros de nuestra novia, hacían que las fotografías surgieran de la nada, casi de forma natural, capturando los rincones donde hoy vestida de novia, Lorena había jugado en su niñez.
La ceremonia fue en Villasolita, una hermosa finca de aire campestre situada en El Escorial . Lorena apareció montada en un escarabajo azul descapotable, donde al final de la alfombra la esperaba Sergio con una sonrisa en la cara, que parecía rivalizar con los ojos claros de la novia.
Toda la decoración de la finca fue realizada por Envidien mi boda. Cada detalle fue preparado con mimo, cada lugar decorado de forma exclusiva para conseguir si cabe, que ese día fuera mas especial e inolvidable.
Mientras el sol iba cayendo y la luz se volvía mas anaranjada, el reportaje se realizaba por las hileras de pinos que recordaban las líneas verticales con las que Jaime Blazquez había jugado en la habitación del novio y que ahora rodeaban a la pareja.
Durante el coctel los invitados parecían ser el reflejo de nuestros novios, alegres, simpáticos y afables. Las fotografías captaban la amistad que unía a todas aquellas personas que habían llegado de diferentes partes del mundo para estar presentes en esta boda.
La cena se realizo al aire libre donde disfrutaron de una noche estrellada, de risas interminables, bailes y diferentes sorpresas. Como la que los amigos del novio hicieron a la hermana de Lorena , por ser su cumpleaños, cantándola las mañanitas con sombreros de mariachis.
¿Casualidad como se conocieron? no lo se. Pero lo que te puedo asegurar es que el destino hizo que Lorena encontrara a su media naranja al otro lado del Atlántico.
Anita
1 octubre, 2015 at 8:11 pmPreciosas, tienes una gran sensibilidad. Enhorabuena por tu trabajo.
Jaime Blazquez
1 octubre, 2015 at 8:17 pmGracias Anita.La sensibilidad se encuentra en los momentos que se dan y solo hay que capturarla.